Nuestra estancia en la propiedad ha sido estupenda. María como anfitriona ha sido un 10, atenta, flexible y muy amable, con unos detalles que realmente no tiene cualquiera.
El apartamento, para una familia de 4, tiene todo lo que se puede pedir, es amplio, limpio, cómodo y, en mi opinión, estupendamente equipado/decorado. Las camas son cómodas y las sábanas y mantas de una calidad más que aceptable. El jardin de abajo es precioso y, como en el resto de la casa, se nota la buena mano de la anfitriona.
Illa de Arosa nos ha encantado... quizás el pueblo no sea lo más bonito, pero a nosotros nos ha dejado muy buen sabor de boca. En cuanto a la isla en sí, especialmente por la amabilidad de la gente, la comida y las playas - particularmente las playas y calas del Parque Natural del Carreirón y la playa de Secada - nos ha encantado. COn el tiempo hemos tenido suerte, con unas temperaturas estupendas, noches frescas y agradables y durante el día entre 25-30ºC, sin llegar al calor agobiante que padecemos en Madrid. De las tres semanas que hemos estado, sólo a partir de la última empezamos a tener más nubes, con chubascos un par de días.
El agua bastante fría en las playas... igual no para un baño largo, pero más de un buen chapuzón sí que nos dábamos cada día. A mis hijos (6 y 4 años) les compramos un par de neoprenos que en algún momento pidieron y en muchos otros no.
En definitiva, ha sido una estancia maravillosa que sin duda nos planteamos repetir, pero con una pequeña (para nosotros) salvedad, que creemos que, por ser medianamente objetivos, sí que habría que mencionar: Las terrazas de cada bloque son totalmente contiguas (esto se ve en las fotos) y a veces se echa en falta un poco de intimidad y silencio porque se oye perfectamente las conversaciones de los vecinos (todos muy educados), de igual manera que ellos oirían las nuestras y el ruido que como familia de 4 con niños pequeños madrugadores no podemos evitar hacer. Y para terminar con el tema de la terraza, el mobiliario es estupendo, muy cómodo y la barbacoa una auténtica gozada.
Dentro de la casa, la insonorización es absoluta y no hemos oido ningún ruido por las noches, así que hemos descansado estupendamente.